1150 d. C. - Preludio de Adevarul

La cacería

Llevaba dos días corriendo en medio de la noche. "no puede ser un vástago" se decía "o es demasiado rápido para mí, o camina de día...". Apartó esos pensamientos de su mente. Le había costado demasiado sacar ese libro de la biblioteca de Constantinopla... Había tenido que esquivar defensas mágicas, y le daba la sensación de que a pesar de haber utilizado todos sus poderes, aquel siniestro vigilante encapuchado le había visto. Se quedó paralizada, con aquella figura delante, sin poder ver su rostro, envuelto en la más profunda oscuridad. Más profunda que todo lo que ella había invocado nunca. "El Guardián de la Fe" le llaman. Juraría que tras esa oscuridad alguien le observaba. Pero ni siquiera hizo ademán de actuar, se quedó allí, tieso y sin mover un solo músculo, mientras Ella sustraía el libro. No quería entender lo que pasaba, así que salió cuanto antes de aquella biblioteca. Los juegos de la Yihad son complejos, y puede que aquella acción volviera en el futuro para destruirla. Pero de nuevo trató de olvidar aquella escena...

Todo esto comenzaba a irritarla. Había estado en peligro en innumerables ocasiones, pero siempre había conseguido salir con éxito y gloria para su señor. Esta vez, todo iba mal, o más bien, todo había ido empeorando. Desde que salió de Constantinopla, todo se había torcido. Su barco había naufragado, se había visto en una tierra desconocida, sedienta y cansada. Cuando por fin encontró un atisbo de civilización, su sed de sangre le había empujado a alimentarse de una familia entera, con tan mala fortuna que el príncipe local había mandado a sus ghouls a ejecutarla. El fuego es terrible en manos de un humano... Atravesó el abismo para escapar de sus atacantes, pero sin saber porqué, algo le había atacado desde el abismo. Esta tierra tenía todo tipo de sorpresas ocultas. Y para colmo, una vez liberada de esa entidad, alguien le había robado el libro mientras ella yacía inconsciente en el suelo de esa tierra maldita.

Se encontraba sumida de nuevo en sus pensamientos y no se había percatado de un extraño murmullo en la espesura del bosque. Parecía un ruido monótono, lejano, pero no le pareció que fuera el de un animal.

Adevarul, líder ocultista
Avanzó cautelosamente, aprovechando la oscuridad que le envolvía, y se percató que lo que escuchaba era algún canto salmódico. Sabía que en estas tierras no era extraño encontrar cultos paganos, y que muchas comunidades aún seguían los viejos cultos a la naturaleza. Intensificó sus sentidos para percibir mejor la oración. Le parecía que aquello era latín, pero introducía vocablos de una índole distinta. Por un momento trató de identificar alguna de aquellas palabras. Le sorprendió entender que el recital era una plegaria a algún dios oscuro, ya que la palabras "tenebrae","nigrum" o "Ombrum Domus" se repetían en varias de las frases.

Se acercó por fin, hasta que pudo ver el círculo donde se llevaba a cabo la ceremonia. Aquello le resultó de nuevo extraño. No había una sola fuente de luz, y la oscuridad en la zona le resultaba cómoda. Las sombras le permitirían deslizarse un poco más. De pronto lo vio, allí estaba, su libro. Colocado encima de un altar de madera, junto con su daga. ¡Idiotas! ¡Un grupo de simples humanos le habían robado el libro y ahora lo tomaban como objeto de culto! Demasiados problemas le había dado este libro para que un rebaño de ovejas le obstaculizase también. Iba a actuar.

Ella era una asesina invisible, pero ese grupo de humanos no merecía una demostración de sus aptitudes. Salió de su escondite y se pronunció en latín, directamente al líder aparente de aquel grupo: "Disculpen señores, pero tienen algo que me pertenece...". Hubo un sobresalto en medio del gentío. Ella avanzó tranquilamente entre ellos mientras uno hablaba en un idioma que no conocía. El líder miraba a este último mientras la dama se seguía aproximando... "¡No te acerques más, diablo!" — Por fin se pronunció el líder- "¡No tememos a los muertos, el poder de la oscuridad está con nosotros!".

¿Los muertos? ¿La oscuridad? La cabeza de Eleanora trabajaba rápido para entender aquel galimatías. Si eran humanos como ella pensaba, entonces el ladrón no intentaría asesinarla cuando estaba inconsciente ya que, a todas luces, estaba muerta. ¿La oscuridad? ¿Acaso eran infernalistas, o pretendían decir que de algún modo estaban sirviendo a la oscuridad primigenia, al abismo? "

¿Oscuridad? Insensato. La oscuridad camina a mi lado. Es ella quien me da cobijo, y quien me nutre, y yo la sirvo como enviada de la muerte. Sí, muerta, pero oscura y eterna como la misma noche... Ese libro me pertenece y voy a cogerlo. Podéis intentar pararme, pero no os lo aconsejo."

Adevarul, neonato Lasombra
Continuó avanzando, y uno de los devotos trató de abalanzarse. Ni siquiera se movió un metro. Su propia sombra se enroscó alrededor de su cuerpo y le partió el cuello al instante. Se produjo un momento de silencio absoluto, y todos los presentes cayeron de rodillas ante semejante espectáculo. El propio líder se arrodilló y dijo: "Señor, perdona por no haber sabido reconocer tu divinidad al concedernos el honor de tu presencia. Estamos listos para tu juicio. Servidores de la oscuridad como somos, tus deseos son nuestras órdenes...".

¿Señor, Divinidad? Esto empezaba a volverse divertido. Había caminado incansablemente durante noches, pensando que algún viejo enemigo había sido el ladrón, y resulta que una simple comunidad de adoradores de la oscuridad, del abismo, eran los responsables. Le parecía curioso que tales humanos hubieran tenido acceso a tales conocimientos. ¿ Que escondía aquella comunidad? Tanto tiempo buscando aliados para su lucha con Grattiano y sus sanguijuelas, y aquí, en Transilvania, en medio de la nada, en un paraje inhóspito, un simple humano no sólo conocía, sino que adoraba al abismo...

Parece que el viaje no había sido del todo infructuoso: "Bueno niños, reuniros a mi alrededor. Tenéis que decirme que habéis hecho por mí últimamente..."

Aquél ocultista aventajado, líder de los seguidores del Abismo, se llamaba Adevarul y había sido elegido por Eleanora para ser su chiquillo Lasombra. Así empieza la historia ...