1239 d. C. - Carta de Adevarul a Myca Vykos


Balgrad, otoño del año 1239

Querido amigo Myca,

Como ya sabrás, las tierras de Transilvania parecen estar al frente del avance mongol y creo que deberíamos en un momento tan critico aunar fuerzas para defendernos de tan grandioso enemigo. Mis informes hablan de una horda imparable, despiadada e implacable. Los Gangrel que conducen la horda parecen tener el poder suficiente para pasar por encima de Transilvania, devorando a quien se interponga en su paso.

Es por eso que creo que tal vez debiéramos hacer un plan de defensa conjunta, dada la cercanía de nuestras tierras. Tanto Balgrad como Kronstadt son tus vecinas, y todos podremos sacar provecho de esta alianza.

Espero que mis palabras puedan ser útiles para salvar algo de nuestra tierra,

Adevarul, Príncipe Lasombra de Balgrad




Myca Vykos, Tzimisce Obertus
Respuesta de Myca

Año invierno del año 1239,

Adevarul Príncipe de Balgrad:

El Ejército Mongol avanza sin que nadie lo detenga, haría falta un verdadero ejército para combatirlo y vos no lo tenéis, ni yo, el único que podría hacer algo sería el Rey de Hungría y me da la sensación que tendrá su ejército bien cerca, protegiendo su capital y no lo enviara a morir a Transilvania.

Muchas gracias por tu información, pero creo que no tengo medios para hacer un plan de defensa, lo siento compañero pero mi situación en Transilvania es estratégica y dista mucho de defender tierras de ataques humanos.

Tampoco voy a aliarme para una guerra perdida, esperare a que pase si es que llega y me ocultaré de los vástagos, aprecio demasiado mi no vida y tengo muchos planes para que un bárbaro Gangrel acabe conmigo, y vos haríais bien en hacer lo mismo, considéralo una maniobra de supervivencia, no te apegues tanto a la tierra como los Demonios Tzimisce, esa es y será su perdición y no deseo que sea la vuestra.

Las palabras no salvan tierras Adevarul, aunque te agradezco tu carta creo que harías bien en seguir mi consejo en lugar de perder tus recursos en intentar coger todo el mar con solo tus manos.


Myca Vykos Tzimisce Obertus