1242 d. C. - Correspondencia entre Zaius y Pío


Zaius, Príncipe de Kronstadt
Kronstadt, invierno del año 1242,

Saludos Pío,

Me alegra saber pues que  estas bien. De todas formas tienes que saber que formas parte muy importante de una alianza para cuidar la comunidad de Transilvania.

Tu sire te creo para mí porque yo te necesitaba y te necesito. Kronstadt está creciendo mucho, están llegando vampiros de todas partes y eso es bueno para todos, pero puede ser malo para los humanos. Y lo que es malo para los humanos tarde o temprano será malo para nosotros. Esto último no lo entienden todos los vampiros, es por ello que como guardianes y responsables de los habitantes de Kronstadt tenemos que cuidarles.

Me parece bien que quieras mantenerte al margen de muchas cosas que ocurren, pero te necesito. Quiero que cuides a los humanos de nosotros mismos. Tenemos cuatro Gangrels en la ciudad, que no siempre se controlan aunque de momento que no han hecho nada malo, entre otros vampiros.

Quiero que quede muy claro que los humanos en mi ciudad se respetan, no quiero que ocurra lo que ha ocurrido en otras ciudades, o lo que es peor que un movimiento ciudadano despierte y tengamos inquisidores molestándonos a nosotros y a los habitantes de nuestra ciudad.

Tienes que saber que para esta misión tendrás todo mi apoyo y el de los tres Regentes de la ciudad.

No quiero molestaros pero entender que os necesito....


Zaius, Príncipe Tremere de Kronstadt



Respuesta de Pío:

Kronstadt, Invierno de 1243,

Humildes saludos mi Príncipe:

Sé que hace ya un año de su carta señor, pero he estado pensando mucho en ella y no
quería precipitarme en mi respuesta. Gracias una vez más por su preocupación y por su
Pío, Salubri
interés en mi.

Estoy muy interesado en proteger al pueblo, creo que es lo único que me mantiene con vida. Estoy muy de acuerdo en su teoría de que lo que es malo para los humanos tarde o temprano repercutirá en nosotros.

He pensado mucho en su carta y creo que me ha dado una idea que ayudará a encaminar mi existencia y a la vez le agradará. Me gustaría aceptar ser el guardián y responsable de los habitantes humanos de Kronstadt. Así que acepto, le ayudaré en este cometido, no me resultará difícil dado mi cercanía con ellos, sin duda mayor que la que tengo con los vástagos.

Dios lo quiere.

Pío