Al-Abdul, Assamita |
Balgrad, 23 de Marzo de 1220:
Buenas e inmortales noches, Zaius venerable Príncipe de
Kronstadt:
He investigado la desaparición de su vástago como
hablamos en nuestro último encuentro. Me ha llevado todo un año, pero creo que tengo
lo que busca. He preferido hacerlo en el mayor de los secretos, espero que esto
no le inquiete demasiado ni quebrante las leyes de Caín con respecto a la
presentación, pero la mejor forma de investigar es que nadie supiera que lo
hacía. Hay otra razón por la que no me presenté a vos y es que oficialmente
para Alamut, no he salido de Balgrad, ni siquiera Adevarul sabe que me ausenté
de su ciudad y éste es el pago que deseo: su silencio, no puedo explicarle mas
pero espero que confíe en mí ya que cualquier otro vástago hubiera olvidado su
proposición de investigación y yo la he efectuado con éxito.
Me introduje en su ciudad de incógnito, use todos los
poderes y habilidades posibles para que nadie supiese que estaba allí, no lo
conseguí con éxito...
Empecé por los bajos fondos, Dominio de Carlomagno el
Gangrel. A pesar de ser un lugar muy hostil y peligroso me desenvolví lo
suficientemente bien como para no llamar la atención y descubrí que este
vástago se llamaba Gobalux y al parecer no tenía un clan definido o al menos no
reclamaba uno, llamémosle Caitiff.
Llegó a Kronstadt en primavera del 1224, y por lo que
perece se presentó a vos nada más llegar, era un vagabundo un tipo gris, no
llamaba la atención por nada especial. Estuvo en la ciudad tres años durante
los cuales no tuvo problemas con nadie e incluso se llevaba bien con el que él
pensaba que era su Señor, Carlomagno, según diferentes testimonios el Gangrel y
el Caitiff se hicieron aliados, diría que eran amigos pero supongo que
Carlomagno me gruñiría diciendo que no cree en la amistad. Durante todo este
tiempo se refugiaba en el sótano de un viejo caserón en ruinas y cazaba
animales callejeros, también algún vagabundo como él, pero siempre sin acabar
con su vida, parecía ser un ser de lo más honrado, y era feliz en su estancia
en los bajos fondos de Kronstadt, no se metía con nadie y nadie se metía con
él, acataba al pie de la letra las leyes callejeras de Carlomagno, su señor
Gangrel.
Mi investigación llegó a su fin cuando descubrí un lugar
al que él solía ir para ver las estrellas y disfrutar de la noche, un claro a
las afueras de la ciudad. Allí descubrió la muerte más cruenta que podía haber
deseado nadie.
Fueron un grupo de encapuchados cubiertos en unas togas
viejas, armados con armas reglamentarias de la Iglesia Católica, yo diría que eran
caballeros Templarios. Después de reducirle rezando y rociándolo con agua
bendita uno de ellos se adelantó y de un golpe seco lo decapitó con gran odio,
sus restos fueron quemados y esparcidos por el lugar, pero hace de esto ya casi
siete años, con lo cual no quedará nada de estos restos, no hay pruebas de lo
que os digo, ya no.
En mi opinión fue un ataque completamente organizado y
llevado a cabo por alguien que conoce a los vástagos, iban con estacas, cruces,
agua bendita y fuego, todo armas mortíferas para nosotros. Eran Templarios o
Teutones pero ocultaban sus atuendos con togas de saco roídas, recordad también
que esto sucedió durante la ocupación Teutona del Castillo Brand. Creo que hay
un cazador de Vástagos en Kronstadt y me da la sensación que se ha encargado de
acabar con la vida de más indeseables de las que podemos investigar, todos los
vástagos que no se presenten a vos, seguro que han perecido bajo sus peligrosas
manos, lo cual me hace pensar que o el cazador de Vástagos le conoce y no quiere llamar su
atención o bien le respeta y acaba con la escoria de la sociedad vampírica
acabando con la no-vida de los que no se presentan a vos y quebrantan la Tradición
de la presentación. ¿Por qué estoy tan seguro de esto último? Porque yo no me
presente a vos y fui vigilado constantemente por alguien muy escurridizo, creo
que si no hubiera mostrado abiertamente mi cimitarra en más de una ocasión
hubiera acabado como Gobalux.
Hay un cabo suelto, Gobalux no quebrantó la Tradición de la
presentación y aún así está muerto, lo cual me hace pensar que a lo mejor ni
siquiera le conoce a vos y caza a las víctimas más indefensas porque son las
únicas a las que tiene acceso.
Tiene un gran peligro escondido en lo más profundo de su
ciudad, Príncipe Zaius, cuídese mucho y no se vuelva extremadamente paranoico,
tampoco sería bueno.
Reciba un humilde saludo desde Balgrad.
Insh Ala
Al Abdul, Assamita
Respuesta de Zaius
Kronstadt, 24 de marzo
de 1220
Salam Aleikum amigo Al-Abdul
Salam Aleikum amigo Al-Abdul
Vuestra información me alegra en muchos sentidos. Primero
habéis cumplido con la misión que os encomendé y eso me hace feliz. En segundo
lugar he descubierto que paso con Gobalux, un pobre vampiro al que conocí y
respeté, sin duda más vampiros como él no estarían de más en las cortes
Ventrue…
También, me hace feliz saber que hay una amenaza en mi
ciudad que desconocía y que gracias a vos ya conozco.
Por último me alegra y me preocupa saber que Carlomagno
no os detectó, no sé si debido a su incompetencia o a vuestra gran pericia.
Por todo lo dicho, sabed que os debo un favor y que vuestro secreto está a salvo conmigo igual que espero que la información que me habéis dado no la sepa nadie más. Estoy seguro que podremos realizar más tratos en el futuro.
Por todo lo dicho, sabed que os debo un favor y que vuestro secreto está a salvo conmigo igual que espero que la información que me habéis dado no la sepa nadie más. Estoy seguro que podremos realizar más tratos en el futuro.
Después del viaje a tierras Tzimisce conozco vuestra
generación y estoy seguro que podremos colaborar para descender ambos, así
que si encuentro a alguien propicio, ó vos necesitáis ayuda, podéis contar
conmigo y mi amparo.
Zaius Príncipe de Kronstadt